A Jorge lo despertó una seguidilla de explosiones, poco antes de las 7. Saltó de la cama sin imaginar que habían sido detonados a pocos metros de su casa. Un rato después, cuando salió para ir a trabajar y tomó el 101, el chofer le contó lo que había pasado: tres unidades habían sido atacadas: les arrojaron piedras y ladrillos. Además, según algunas versiones, también hubo tiros.
Los tres ataques se produjeron ayer al amanecer en inmediaciones del barrio Galicia, en Las Talitas. Los internos 108, 112 y 150 de la Línea 101 fueron atacados por una diferencia de 10 minutos entre uno y otro, según precisó a la prensa César González, titular de UTA. “Esto no fue un robo, fue un hecho vandálico. Me preocupa esta situación porque fue algo raro. Esperaron 25 minutos para romper los tres coches, y a la otra línea que pasa por ahí no le hicieron nada. No son comunes estos hechos”, remarcó.
Diego Díaz, delegado de la empresa El Galgo, señaló que los hechos se produjeron en las calles 14 y 55 del barrio Galicia, casi en el límite con el barrio Solar. “Nosotros tenemos un servicio que comprende todo Villa Mariano Moreno y, aproximadamente a las 6.40 de la mañana, tres unidades fueron atacadas produciendo la rotura de los parabrisas, puertas, vidrios laterales y gracias a Dios no hubo pasajeros heridos de bala porque se tiraron al piso para resguardarse. En las unidades viajaban chicos de colegios privados y trabajadores que salen en ese horario”, denunció el delegado.
Uno de los choferes que sufrieron la agresión, Jorge Quintana, contó a Canal 8 que una pasajera resultó herida por haber recibido el impacto de una pedrada en la rodilla. “Llamamos a la Policía con el botón antipánico que tenemos en las unidades, pero tardaron 20 minutos en llegar”, aseguró. En cuanto se conoció la noticia en la empresa, la Línea 101 decidió desviar su recorrido para evitar circular por la zona donde fueron apedreadas y baleadas las unidades. Pero más tarde la Policía envió un patrullero a ese sector y los ómnibus volvieron a prestar el servicio con normalidad.
El botón antipánico
“El sistema del botón está andando muy bien. El fin de semana tuvimos intentos de asaltos en las líneas 3 y 124; en ambos casos la Policía llegó al instante y los desbarató. También se están haciendo controles, que es algo que habíamos conversado con el Gobierno, con Paul Hofer y Regino Amado. Lo que ocurre es que la delincuencia va mutando: si controlan acá, roban allá”, comentó González.
“No se puede salir”
“Los choferes me contaron que había gente golpeada en los colectivos”, señaló Jorge, el hombre que vive en la zona donde se produjeron los ataques. “Yo escuché como siete u ocho tiros; eso es de todo los días, por eso no salí”, explicó. “Pero es la primera vez que sucede algo así, lo que pasa es que hay mucha droga y mucho alcohol. No se puede salir; uno vive más adentro que afuera porque cada vez está peor”, agregó.
Pese a la hipótesis del vandalismos, los vecinos se quejaron de la inseguridad. Rosa, quien atiende una mercería desde atrás de unas rejas, como el resto de los comerciantes de la zona, contó “Ya no sabemos cómo vamos a vivir. A los chicos que van a la escuela les quitan las mochilas y a la gente que va a trabajar o a estudiar le sacan todo. Uno no es digno ni de sentarse en la vereda de su casa porque vienen en moto, se bajan y te apuntan”, dijo, preocupada.
Un grupo de mujeres que regresaba de hacer las compras se quedó en la esquina conversando sobre lo sucedido. “Todos los días asaltan”, aseguraron.
“El domingo se agarraron a tiros en esta misma esquina”, precisó Gladys. “¿Sabe lo que hacen? Paran los camiones que vienen a dejar las bebidas en los negocios y les piden plata para dejarlos pasar”, agregó Isabel. Las vecinas resaltaron que están desesperadas, que no respiran cada vez que sus hijos salen a la calle y que necesitan seguridad.